miércoles, 25 de marzo de 2015

NEW COLLECTION #SPRINGSUMMER15 COMING SOON

Hola a tod@s! Esta semana estamos trabajando preparando las nuevas joyitas para una colección que inundará vuestros joyeros esta primavera-verano! Hemos elegido colores llamativos, que alegren la cara, que den ese toque de alegría que caracteriza a esta época tan bonita del año. Motivos alegres, marítimos, colorido, sedas de colores...
Aquí os dejamos una fotografía del taller en pleno proceso... Estad muy atent@s en lo que queda de semana :) 


viernes, 13 de marzo de 2015

RECETA + DIY

¡Hola a tod@s! No sabéis lo contentas que estamos por la buena acogida que tuvo la entrada de la semana pasada, y eso nos anima aún más a seguir publicando cada semanita con mucha ilusión.

En el post de hoy os quiero contar una receta riquísima que me recomendó la otra Marta, y al final del todo os cuento un DIY que hice de mi recetario súper chulo!

Con motivo del cumple de mi novio, Pablo, o como yo le llamo, Tejada, le preparé una cenita sorpresa, porque no hay nada más que le guste, a parte del mar y los barcos, que un buen plato de comida. Aunque me encante el mundo de la gastronomía y repostería, he de reconocer que no soy muy buena cocinitas, y por eso viniendo de mí la cena fue más sorpresa aún, ¡y más sorpresa, si cabe, que saliese tan buena!

El plato principal de la cena fue Filetes de solomillo a la plancha con patatas hervidas y salsa de dátiles ¡La salsa estaba ríquisima! Y lo mejor de todo es que se puede acompañar con cualquier carne, así que os dejo la receta y espero que la probéis y nos contéis qué tal salió :) 

INGREDIENTES PARA SALSA DE DÁTILES (Para 3-4 personas/platos)

-          100 gramos de dátiles deshuesados
-          1 taza de vino tinto
-          1 taza de caldo de cocido
-          1 cebolla
-          3-4 dientes de ajo
-          Sal
-          Pimienta negra picada
-          1 pizca de pan rallado



RECETA

-Cortamos bien picadita la cebolla y la echamos en una olla con ½ cm de aceite, para que se sofría bien.
-Una vez que empiece a pochar la cebolla echamos el ajo, también bastante picado para evitar grumos.
-Cuando el sofrito esté bien doradito, echamos a la olla el resto de ingredientes: la taza de vino tinto, la taza de caldo de cocido, una pizca de sal, pimienta negra y pan rallado (este último ingrediente es para que espese un poco la salsa)
-Cortamos los dátiles, al gusto de cada uno, más grandes o más pequeños, y echarlos seguidamente en la olla.
-Dejamos la salsa que llegue al punto de ebullición y justo entonces bajamos el fuego y dejamos que se termine de cocinar la salsa, con la olla tapada, durante 15 minutos a fuego lento.
Una vez pasados los 15 minutos, retiramos (dependiendo del gusto de cada uno, se puede batir un poco la salsa si vez que está muy espesa y la quieres más líquida).

¡et voilà! Ya está lista la salsa para servir :)

La receta la apunté en mi súper recetario de Mr.Wonderful ¡A quien no le encanta esta marca de deco-papelería!



La libreta tienes muchas páginas en blanco y una divertida portada con la frase: “Libreta con súper poderes para que las recetas salgan igual que las de mi madre”. Fue un regalo que me hizo mi abuela y tiene ya un par de años, y hasta este finde pasado no la estrené. Por eso me animé a customizarla y personalizarla dándole un toque muy yo, pues yo soy un poco maniática del orden y el tener tantas hojas en blanco me agobiaba un poco y necesitaba poner orden a mi súper agenda!



Hice un dibujo a mano para ponerlo de contraportada de una cocina ideal buscando inspiración, como no, en Pinterest; escaneé el dibujo, un poco de Photoshop por aquí y por allá para colorearlo, y lo imprimí en folio de pegatina para pegarlo directamente sobre la página en blanco.

Como cualquier otro recetario, lo dividí en “secciones”: Carne, Pescado, Guisos, Pasta y Repostería, e igualmente diseñé los cartelitos y los imprimí en el mismo folio de pegatina y los pegué sobre las distintas páginas en blanco en que dividí el cuaderno.


Y hasta aquí el post de hoy :) Un saludo y muchos besos de parte de:



jueves, 5 de marzo de 2015

CÓMO DES-APRENDÍ A SER RESPONSABLE

Hola, hello! Por fin nos obligamos a empezar a darle vida a esto. Empezamos el curso diciendo que intentaríamos escribir todas las semanas y al final no te lo impones y se te pasa, por eso, empezamos este segundo cuatrimestre del último curso de Arquitectura con buen propósito: escribir una entrada a la semana. Cada semana escribirá una de las dos para no perder la costumbre y la ilusión. Entre las joyitas, la carrera, las asignaturas en inglés y las miles de aficiones de cada una, parece difícil, pero lo haremos! ¡SI, señor!

Mi primera entrada es un tema de conversación muy mítico entre la otra Marta y yo. Unas pequeñas pautas de supervivencia para tí, que eres NUEVO/A en eso de la VIDA UNIVERSITARIA. Si miro atrás, a 1º de carrera, me veo muy distinta a ahora: Residencia de chicas, horarios everywhere, agobio post-colegio, la carrera te parece un mundo… y lo peor, no eres capaz de “no hacerlo todo”. En el cole, no podías dejar ni una actividad sin hacer porque “te reñían” o te quedabas atrás, pero chic@, ¡esto es la universidad! 

Por eso os quiero contar como primera pauta: Cómo desaprendí a ser responsable. Suena raro, lo sé, y contradictorio cuanto menos, pero es una regla que debes aprender (en su justa medida, esto no es decir que seas un vag@ y le cuestes la pasta a tus padres) para ser feliz en  una carrera tan difícil y trabajosa como es Arquitectura, en mi caso.

No hagas todo. Haz lo necesario, y tómate tu tiempo, aprende, lo importante es que te quedes con algo y no intentes abarcar todo lo que te digan en clase que hagas o busques porque es imposible. He des-aprendido a querer saberlo todo y querer destacar en todo, para aprender a profundizar sólo en lo que me gusta e intentar ser feliz en el resto de aspectos de mi vida.


Duerme. La fama de que los estudiantes de Arquitectura no duermen es real, o por lo menos, para mí lo fue, durante los dos primeros años de carrera. Aquí ya iba empezando mi proceso de des-aprender, y empecé a amar las siestas y dormir más de 6 horas diarias. He des-aprendido a aprovechar todo el tiempo, porque, si algo me ha quedado claro es que tienes que ser feliz. Si esta tarde estas agotad@ emocionalmente, cierra el ordenador, vete a la calle, haz deporte, despéjate, llama a un amig@ o quédate toda la tarde viendo la tele. Te lo mereces, porque has trabajado, y porque hay que ser feliz de vez en cuando.



Empápate de series. En el colegio no has conocido mucho este mundo, y el día de mañana, cuando seas trabajador, tampoco tendrás tiempo de esto. AHORA es el momento de ver todas las series habidas y por haber. He des-aprendido a estudiar a todas horas: intenta que esos 40 minutos al día de serie sean un must de tu día a día, porque ese momento divertido no te lo quita nadie.

Relájate los fines de semana. En cierto sentido está bien aprovechar el fin de semana para “adelantar trabajo”, pero yo, he des-aprendido a hacerlo. Ya me mato a trabajar mucho entre semana como para merecer un par de días de disfrutar de mi familia, amigos y aficiones, ¿verdad? Pues aplícate el cuento(salvo que por vagueza absoluta te hayas quedado retrasado jajaja, pero ese es otro caso).





Hay tiempo para todo. Este es muy importante. Llevaba 4 años intentando apuntarme al gym o imponerme un ratito para mí al día, y siempre acababa sin hacerlo, y lo peor es que no aprovechaba más el tiempo, sino que, tardaba más en hacer lo mismo. Este año, con siestas, el negocio de Martas emergiendo, fines de semana felices, mi gimnasio obligado 1h y media al día, y clases por la mañana de Arquitectura en inglés… ¡he tenido tiempo para trabajar en la carrera por las tardes! ¡y he sobrevivido para contarlo, la mar de feliz! A día de hoy puedo decir que he superado el primer cuatrimestre con creces e incluso mejor que cuando “estudiaba más tiempo”, por tanto, chic@s, hay tiempo para todo, os lo aseguro.


La carrera no es lo primero en mi vida. Ni lo último. Este ha sido mi principal objeto de des-aprender de estos últimos 5 años. No vivas para ello, lo profesional es importante en la medida en que te hace feliz complementariamente, no más.

Y para concluir os dejo con esta frase tan bonita de la gran Marilyn Monroe:

“Una carrera es una cosa maravillosa, pero no sirve para acurrucarse en ella en una noche fría”


Firmado: