En algún momento de éstos últimos 30 segundos te has convertido en un adulto - Descubriendo Nunca Jamás.
Y esque nos hemos creído en el derecho de arrancar de nuestras vidas a ese niño que llevabamos dentro. No corras, no te rías a carcajadas, madruga, no te ensucies, no te despeines, no saltes de alegría, no ames en público, no seas inocente ...
Jugamos un papel de cordura y compostura cada día, pero nadie se pregunta, ¿por qué los niños son tan felices? Ellos bailan, sin preocuparse por el ritmo; hacen preguntas absurdas, para aprender cosas nuevas; besan a cualquier desconocido porque sus papás se lo dicen; saltan sobre charcos, porque ya se limpiarán las botas; ven películas de Disney, porque son divertidas; se ríen a gritos, porque no les importa que tú los mires...
A veces, mis hermanos pequeños se ríen y dicen que parezco una niña en cuerpo de adulta, y yo les digo que me encanta que me vean así. Tengo muchas responsabilidades, una carrera muy ardua y lleno cada minuto de mis días con muchas cosas y obligaciones que yo misma me impongo, pero jamás rechazaría una tarde de Disney+palomitas o una pachanga improvisada de futbol con el enano en el jardín, o incluso montarme en los columpios con ellos en el parque, con esas caritas... ¿quién dice no?
Os proponemos que este finde os olvideis un poquito de vuestro yo formal, y ¿por qué no? ¡saltemos de ALEGRÍA porque estamos de puentazo! ¡Volvamos a divertirnos con aquella peli de la infancia que tanto llevamos sin ver! ¡Ríete, ríete mucho de ese problema que parece que no tiene solución! Y disfruta...tienes toda la vida para ser niño, sólo tienes que CREERLO.
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